Registro: Jan 5, 2015 2:59:03 AM UTC | Código: 1501052906627
Tipo: Narrativa, Relato
Bienvenido
al periódico. ¡Preséntese en el departamento de fotografía!, allí aguzará el
ojo y calmará los nervios, luego veremos —ordenó el director de personal.
Mi
jefe era un tipo regordete con holgadas camisas de franela cuadriculada y
estaba más ocupado que plomero en submarino, pero se daba tiempo para dar
palmadas en la espalda en señal de apoyo. Me confió una Minolta Cube, del radio
de una moneda de un centavo que la ajustó a mi frente. Para accionarla se debía
pensar en la frase clave, que la cambiaban cada día. Funcionaba como un santo y
seña militar. Me destinaron a la sección Obituaria.
Debía
tomar las fotos de los agonizantes o a escasas horas de fallecer, porque en ese
lapso aún no se desintegran los recuerdos.
El
periódico contaba con una antigua, pero solvente, central de monitoreo anímico
en que ubicaban, a los tipos que estaban por morir; así llegábamos con minutos
de anticipación para registrar los aciagos eventos.
El
periódico ya no calmaba el mórbido apetito de los lectores con simples coágulos
en el papel. Ahora se publicaba el último pensamiento de las víctimas en su
manera gráfica original. Aparecía en las contraportadas y se vendían
quincenalmente en cromos coleccionables y el álbum, por supuesto, lo editaba el
periódico; negocio redondo.
Me
correspondió también fotografiar delfines, ballenas, lagartos, seres de los
cuales las masas mostraban especial interés en conocer aquellas imágenes o
rudimentarios pensamientos que ocupaban sus cerebros al morir. Sacrificábamos,
en secreto, animales elegidos para tener material cuando afuera escaseaba. Hice
muchas fotos de este tipo, pero la que me dejó profunda marca fue la de un ama
de casa que vació su ametralladora sobre unos asambleístas en ciudad Alfaro y
luego de ser alcanzada por un proyectil de la guardia de corps, se desangraba
en la vereda.
Llegué
con anticipación. Había llovido, los espejos de agua reflejaban la hemoglobina,
las luces de los edificios y los destellos naranja de los autos. “Vive en tu
mundo. Juega en el nuestro”; dije el slogan del patrocinador y se encendió la
cámara. Fotografié su último pensamiento antes de que exhalara. En el cuarto de
revelado me pasmé: la foto trataba de la receta para la preparación de pan con
higos. Con esa ganaba el Pulitzer y por el mérito fui transferido a la oficina
de Redacción y Saltos al Arcano.
—Mr.
A.B. El Oltt Newspaper le da la bienvenida a su nuevo despacho. Usted está en
el centro de la curva cerrada y el área excluyente, el espacio a veinte metros
de su oficina, lo compone el disco duro, ahora en estado líquido (máquina
apagada). Su tarea es viajar y hacer las correcciones.
Cuando
se hace el viaje desde esta burbuja; se debe cerrar las otras ventanas de
navegación porque se corre el riesgo de mezclar las cosas; ya hubo antecedentes
en un compañero que investigaba los bombardeos nazis sobre París y debía hacer
una corrección menor: poner las tildes en un párrafo social y cargar el cyan de
una foto. Sucede que apareció el idiota, en la sala de preprensa, a las tres de
la mañana, de un lunes fatídico, para exigir que carguen el cyan al cien por
ciento en una foto en duotono de Neofrasto Isch, el cómico solar. El pelotas no
apareció solo sino que trajo consigo, en una nube metálica, a los bombarderos
que liberaron su carga y convirtieron en caca de mono el edificio, junto con el
espacio involucrado en seis manzanas a la redonda. El periódico envía a
corregir unas tildes y un idiota les vuela la cara. Sardónico el asunto.
La
noticia fue publicada en un periódico paralelo de menor tiraje, el RPN
(REALIDADES PARALELAS NEWS) de Cuenca, donde el aceite es la crónica insólita.
Título: LOS ALEMANES OTRA VEZ. Subtítulo: Bombas dan un salto retrospectivo y
aniquilan el Oltt Newspaper.
—¿Cómo
es posible que si se destruyó el edificio sigamos trabajando en él?
—Simple. Enviaron a dos tipos a corregir ese error. No han
vuelto. Por eso quedó está vacante. Habían dejado de existir todos los
compañeros y solo se salvó un bodeguero, que estaba de comisión en Tulcán, él
refundará el periódico y las cosas quedan como las ves ahora.
—Bueno,
manos a la obra. ARREGLO 1 DE 4 Corrección: La primera foto del segmento “Para
apurados” de la página 2, de la edición de ayer, está cambiada. El titular dice
“Dos ex vocales intentan volver al CNJ”, pero se ilustra con una foto de los
familiares de la enfermera Hidalgo Montes, quien fue asesinada el viernes. Lo
correcto era poner una imagen del edificio de la Judicatura, que ayer fue
cercado por varios policías. Lamentamos el error.
Me
preparaba para ejecutar la orden cuando recibí la disposición de suspender las
cosas porque los de contabilidad enfocaron el problema de otra manera. Hicieron
números y les resultaba más barato, en temas puntuales, cambiar el pasado que
publicar una errata y disculparse públicamente. Para demostrarlo publicaron, a
propósito, cambiado el título de un libro. Debía decir: “La estructura de los
peones en el centro del tablero” obra de B. Pertis y por maquinada
equivocación, lo publicaron como “Ocho partidas abiertas”. Un tipo del
Departamento de Correcciones baja para “hablar” con B. Pertis los días en que
inicia el libro. Es su cumpleaños 32 y acaba de escuchar “estas son las
mañanitas” por teléfono, en la voz de su tía Imelda. Cuelga la bocina,
contemplando a una diminuta araña que asciende por la pared, cierra la analogía
del movimiento de la araña hacia el peón como tema central de su obra; momento
en que entra en escena el Oldtt Newspaper para convencerlo de que la obra sería
más valiosa si se enfocara en los movimientos opertores del peón. Esa es la
versión administrativa del embrollo, pero en realidad todos sabemos que hay otras
variables que deben coincidir para que esto no suene tan fantástico y es así:
llega desde el futuro el supuesto corrector y sencillamente le ofrece un fajo
de billetes al ajedrecista B. Pertis para que escriba lo que desee, pero le
ponga el nombre “sugerido” por la redacción. Cuidan que los billetes
correspondan a la fecha del momento ya que entregar un billete con fecha del
futuro resultaría incongruente; de eso se ocupa otro departamento y preferiría
renunciar a trabajar allí, que no está por cierto entre los más aborrecibles.
—Alejandro,
los viajes al remoto para negociar son una tarea para principiantes. He
revisado su hoja de vida, ha ganado concursos de pintura y dado talleres de
Pensamiento Creativo, eso nos será útil en algo nuevo. Desde hoy, le duplicamos
el suelo y queda a cargo del Departamento de Injerencia Creativa.
Emulado
de las agencias de publicidad, “el creativo periodístico” es un sujeto que se
dedica a visualizar eventos. Cuando el periódico detecta que estará bajo de
acontecimientos, él los imagina y envía gente a desatarlos. Es como un galeón
atrapado en los sargazos que hila su propia corriente de viento. Allí me sentí
como un ángel en el límite del Universo con la potestad de crear mundos para
dar sentido al Big Bang.
El
periódico detectó que, para mediados del semestre siguiente, las noticias solo
abarcarían páginas sociales, el accidente de una astronave china tratando de
alunizar, un terremoto de ocho sobre lo que queda de las Kuriles y un
científico de avanzada que deseaba curar el calentamiento global vía hipnosis.
Con esto no
se llenaba la tirada del periódico, así que allí entra en
juego el departamento este que desata eventos paridos de la fértil imaginación
del “creativo periodístico”. Asignaría androides bomba a las milicias civiles
de Colombia para que se autoinmolen cerca de los soldados destacados tras la
ocupación de Medellín. Con ello la potencia entraría en debacle tras esta
guerra anti popular y además carísima, dedicada a combatir supuestamente el
narcotráfico —lo que en realidad les interesa sería controlar el mercado de
artesanías—. Forraría de plomo las cañerías de agua que abastece a la clase
gobernante, para que, al estilo romano, entren en decadencia los bogotanos.
Aceleraría las placas con retro imanes, para que se liberen terremotos sobre
California, con lo cual se borrarían las ciudades del Oeste. Generaría la
primera “Guerra del Agua” entre los estados de Iowa y Nebraska. En fin… eventos
que contribuyan a que se tambalee, pero no muera el imperio, ¿para qué?
Respuesta: Millones comprando periódicos para enterarse de las migraciones
masivas de gringos hacia México o de los europeos cruzando el Mediterráneo para
refugiarse en el África huyendo del frío. Con todos estos sucesos entraría en
crisis la reserva de papel periódico sahariano y sería necesario echar mano de
la reserva de papel artificial del valle del Gobi para cubrir así las enormes
tiradas. Se llega incluso a proponer impresiones en papel de baño dada la
escasez.
—Dejemos
las cosas como están. Esto no nos hace mejores —fue lo más creativo que propuse
al final de ese primer día de trabajo como creativo periodístico—. Sostengo que
la verdad no es patrimonio del sexto sentido. Etzu afirma que “El hombre no se
equivoca, sino que toma la decisión correcta, en virtud de la información que
el comunicador le suministra”. Larrañaga opina que “La intervención del
periodismo en el destino de los hombres contradice la teoría de la supremacía
del más fuerte y lo que consigue solo es otorgar vida asistida a los débiles”.
Además en el Manual de Estilo del periodista atemporal, en lo que abarca Ética
y Curva de Aprendizaje afirma que…
—¡Basta
jovencito! Usted es un periodista, no un teólogo; esas son excusas de la gente
que discrepa con nuestros métodos. La compañía está interesada en que las cosas
sean bien contadas y se gane plata; eso es todo. Alejandro, este periódico es
el libro de texto con que se enseñará Historia en el futuro ¡y punto!
Ya
debería poner en práctica nuestros métodos el Ministerio de Defensa; así nunca
perdería una batalla, porque enviarían a corregir los errores tácticos hasta de
Vietnam y llegábamos a Marte antes de 1983 y a Plutón en el siguiente verano. O
mandaban a un escuadrón de correctores a asesinar, mucho antes, al hombre de
Neardenthal para hacernos con antelación de sus recursos y a estas alturas del
tiempo ya estábamos bronceándonos en una playa lejana con los rayos de Sirio.
El Periódico ha invertido un ojo de la cara en su entrenamiento y en las
burbujas que avizoran los mundos paralelos. Así que, deje la filosofía profunda
a otros.
—Señor,
algo debe estar mal. Yo, en mis adentros, añoraba con ser solo un chef. Lo mío
es la gastronomía retro. Sueño con asar un Parasaurolophus.
—¡Y
qué carajo es eso! Alejandro, no sea bisoño. Ayúdenos. Los accionistas del
periódico están muy preocupados. No sucederá nada importante en el mundo en el
próximo semestre. Invente algo. Enviemos mercenarios al futuro para que
provoquen eventos. Asesinemos a mandatarios, incitemos desfalcos,
desatornillemos el sanitario de la Estación Espacial Azimov y que se desplome
sobre Chile. Provoquemos la extinción de las mujeres y que solo quede una
aislada rubia en un zoológico berlinés y le hacemos una entrevista antes de que
muera. ¡Santo Dios!, eso sí sería una primicia. Tengo una idea con la que
correría tinta y papel sin parar: sacamos el Arca de la Alianza del Museo de
Turquestán y la abrimos en un desfile de Karl Lagerfeld en la pasarela, con
modelos pigmeas saturadas de Chanel y guiamos a todos esos espíritus, que
salpicarán del arca, hacia las decoraciones venecianas para que descascaren,
con su pastoso aliento, los museos y palacetes; de ello saldría una preciosa
separata exhibiendo las residencias italianas despostilladas. ¡Eso sí se
vendería! Y tendríamos muchos anunciantes, todo el mundo se bronquearía por un
espacio en nuestra gaceta…
Un
día difícil. Me marché a casa temprano: dormir, hacer el amor, comer; las cosas
humanas me levantan el ánimo. El olor a pavo chamuscado hacía aguas en el
horno. Salté a la cocina para rescatarlo. Después de todo sabía delicioso y…
con vino todo pasa. ¿Parasaurolophus? me daré el gusto de
comprar un trozo a fin de mes, el valor del kilo es exorbitante. Un equipo del
matadero público hace un viaje retro, al Jurásico concretamente, para
satisfacer la demanda.
Ayer
será otro día.
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